Archive | September 2015

Tiqui-tiqui-tí!

Llegó (y se fué) el dieciocho, comilonas regadas con empanadas, anticuchos, asados y mote con huesillo, además de bebidas alcohólicas varias.

Y obvio, me inscribí en el desafío dieciochero de madres con hijos alérgicos alimentarios múltiples. Hubo asado y anticuchos de cerdo (grado de dificultad uno), empanadas y alfajores de chuño (grado de dificultad tres).

Los minialérgicos disfrutaron y se comieron todo. Solo hay un reclamo, hecho por Pipesaurio, en el libro de sugerencias, “cuando haces alfajores hay menos galletas para comer”.

He aquí las evidencias, las recetas y los huasitos!

Empanadas Alfajores de Chuño

Receta Empanadas

Solo les puedo compartir la receta de la masa de las empanadas, pues el relleno fue una improvisación de un pino hecho con carne de cerdo, espinaca, zanahoria y apio.

La masa es espectacular, muy fácil de hacer y manipular. Yo congelé un poco, la usé un par de meses después y mantuvo sus características. Creo que también es adecuada para hacer quiches o tartas saladas.

Receta Alfajores de Chuño

Esta es una receta adaptada, pues la original es con maicena, pero como Gabi es sumamente alérgica al maíz y sus fracciones, la sustituimos por almidón de papa. Además cambiamos la manteca por aceite, los huevos por sustituto de huevo, el azúcar impalpable por azúcar corriente (pues el azúcar flor tiene almidón de maíz) y el manjar por mermelada que pudiera comer la minialérgica de la casa. O sea, la receta es casi casi la misma… y bueno, nos resultó, nos entretuvimos cortando las galletas con moldes y quedaron buenísimas 🙂

Aquí la receta original de los alfajores de maicena/chuño.

Y lo más importante, los huasitos!

Pipe y Gabi, huasos 2015

Y sin darme cuenta…

Así como escribí un post para los primeros 20 alimentos tolerados, creativamente iba a hacer lo mismo a los 30. Pero en algún minuto olvidé llevar la cuenta, todo se redujo a ticket y equis y seguir remando, registraba los fracasos, la cantidad de veces que había fallado un prueba, sonreía en silencio con los éxitos y vamos por un nuevo alimento.

Hoy encontré la planilla que elaboré para los 20 y me puse a actualizarla con los registros de mi agenda. Una vez puesta al día inicié el conteo… y eran 35! volví a contar y seguían siendo 35!!

Desde marzo de este año hubo algo que podríamos llamar “maduración del sistema inmune” (no me gusta eso de madurar, siento que también existe el punto en que la cosa se pudre, y hasta huele mal en mi imaginación) y rompimos la racha de equis. En estos seis últimos meses he logrado casi duplicar el trabajo hecho en 16. Más que feliz, no?

Y me pongo a soñar, ¿qué me deparará diciembre? Y también me pongo ambiciosa, ¿serán 50? ¿habré derrotado a mi peor pesadilla? ¿habremos tolerado al menos versiones hidrolizadas de este como la maltodextrina? ¿o estaremos derechamente comiendo cabritas?

Como sea, más allá de mi delirio, se que 38 es mejor que 35, que lo que hoy vamos a probar es apio y lo siguiente, huevo (uuuuu sustito) y de ahí, ya veremos. Aún gozo recordando cuando conquistamos el trigo #ctm y cuando me celebran lo rico que quedó el guiso de carne de caballo, o cuando me piden cuh-cúh (cus-cus) o reciben con los brazos en alto los fideos, cuando la veo comerse una naraja jugosa entera o la expresión de su carita cuando ve un ingrediente nuevo en su plato.

Bienvenidos 35 🙂Happy Gabi

El tarro de leche

Nunca he comprado un tarro de leche Nido. Ni siquiera se cuánto cuesta, cuántos gramos trae o cuánto dura. Tampoco me ha interesado saberlo. Pero lo que si me da nostalgia, son los monos que vienen impresos en los tarros.

Y es bien nostálgico no más, pues como no los busco ni miro, no tengo idea que monos traen.

Pues bien, el otro día ante mis ojos y al alcance de mi mano, había un tarro de leche Nido con diseño en su cubierta. Estaba en la basura, bien vacío y limpio, así que me lo llevé (forever huesera).

Y ahí lo tengo… porque le quedan restitos de leche en polvo en las junturas que no se como sacar, y así, obvio que no lo uso para guardar nada, ni los juguetes de los minialérgicos. Es una especie de trofeo de caza, que probablemente después de un tiempo lleve a reciclar, pero lo tuve 😉