Archive | April 2014

En pascua no todo es chocolate, leche, soya o el alérgeno de su preferencia

El año pasado fué la primera búsqueda de huevitos de Pipesaurio. En ese entonces tenía 1 año 9 meses y no podía comer ni cacao, leche y derivados, ni colorantes sintéticos. Obviamente el mercado no ofrecía nada con esas características y nuestra solución fue llenar los ovoides de los kinder sorpresa con natur. Los escondimos en el jardín, le pasamos un canasto y lo acompañamos a buscar “huevitos”. ¡Hasta el día de hoy recuerda dónde encontró cada uno de los 5 huevos!
Para este año, solo pudimos sacar los colorantes artificiales de la lista de prohibidos, pero fué más que suficiente para incluir gomitas y marshmellows 🙂 Además, este año estamos más pro y tenemos contenedores plásticos con forma de huevo que encontré en el Lider.
¡Llevo días ansiosa, deseando que sea pascua para esconder esta versión 2.0 de huevitos, y ver la carita de mi goloso minialérgico cuando los encuentre!
Muchas mamás se sufren esta y todas las fiestas que incluyan comida, pero siempre hay algo que sí pueden comer, y si no se puede poner en el huevito de plástico, llénenlo con algún sticker u otro juguetito. El resto, es la magia que le demos al momento: sorpresa y alegría, y por su puesto, que sea un juego.
Que puedan disfrutar una linda pascua 🙂

Momentos de negación

En parte, mi ausencia en este blog se debió a un colapso absoluto en el cuidado de mis dos minialérgicos, mis amados Pipe y Gaby.

La primera semana de Febrero todo se fué al carajo, con reacciones por contaminación cruzada y por mi imposibilidad de controlar esas contaminaciones. Así que simplemente intenté detener mi realidad, cosa que obviamente, no se pudo ni se puede ni se podrá hacer.

Comienzo de Marzo fué intentar retomar mis tareas de cuidadora, estar presente para mis hijos y atenta a sus necesidades, pero venía saliendo recién de un periodo muy fuerte y cometí un error, dudé de la realidad y provoqué una nueva reacción a Gaby… :`(

Lo primero que partimos probando en Marzo (después de un reconfortante visita a la gastro que los ve) fue maíz. Ni mis rezos a Cintéotl pudieron evitar una reacción en Gaby.

Mi error: dudar, buscar causantes no alimentarios, negar.

En un intento por querer estar en una reaidad alternativa, se me ocurrió que la crema para el poto podría haber gatillado la reacción cutánea. Junté valor y le pedí al jardín que solo usar la marca Pepito para el poto de Gaby. Colaboraron como siempre, colocándole solo Pepito. A los días pasó el prurito y yo me requeteautoconvencí que Pepito era el causante y podíamos seguir con el maíz. Así lo hice, y cargué con la culpa de la negación y la responsabilidad de tener a mi pequeña nuevamente con el mismo patrón de irritación.

Me di cuenta que había caído en el mismo recurso de pensamiento transductivo que muchos de mi alrededor usan para justificar las alergias de mis hijos. Me sentí dentro de esa jaula mental que les construí a todas esas personas y voces que tratan de sanar con crema Pepito la enfermedad de mis hijos. Y me veía horrible dentro de esa jaula.

En ese entonces me preguntaba, ¿en qué estaba pensando cuando le volví a dar maíz a Gaby?

Recién ahora me puedo responder, era solo una madre colapsada que solo intenta controlar constantemente los alérgenos irritantes para sus cachorros y que debe aceptar las reacciones adversas en ellos cuando deben probar alimentos nuevos.